En esta oportunidad no voy a decir si es bueno o si es malo ser infiel. Es una situación que se presenta muy a menudo en nuestra relación de pareja y es por eso que el objetivo del presente artículo es plantear el problema y hablar desde un punto de vista muy objetivo yendo a las estadísticas.

El estudioso en estos tipos de conducta es Walter Riso y él afirma que el ser humano es infiel por naturaleza. El ha escrito un libro titulado "Jugando con fuego" en donde habla de como hombres y mujeres "sacan la vuelta" a sus parejas de distintas formas. Él dice "La infidelidad tiene que ver con las oportunidades, cuando más opciones tiene una persona de conocer gente más probabilidades hay de que sea infiel". Es cierto eso porque la mujer empezó a trabajar, a tener puestos ejecutivos, salió al mercado, se metió al consumo, a la producción. Pero la mujer cuando es infiel no lo es con un desconocido, sino con el mejor amigo suyo, con el mejor amigo del marido, con el jefe, con el compañero de trabajo, con el profesor. Gente que conoce y sobre todo admira. Tu puedes admirar a tu profesora, pero si es fea, peluda, de gafas gruesas y gorda no te va a interesar. El 90% de las mujeres no aceptan el sexo por una noche. Necesitan conocer a la persona. En cambio el 90% de los hombres separa fácilmente el sexo del afecto. En el hombre una predisposición filogenética, de la misma evolución de la especie. Generalmente los machos de las distintas especies se manejan por el objetivo de desparramar genes. Lo tenemos en nuestro ADN. Algunas investigaciones muestran que las personas infieles tienen testículos más grandes por ejemplo. Los antropólogos sostienen que el impulso natural del macho es buscar en la variedad la supervivencia de su especie. Yo diría que hay infieles genéticos, que de muchachitos los ves orientados a buscar y perseguir mujeres. Si la vulnerabilidad de la mujer es el afecto y la del hombre es el sexo, en igualdad de condiciones puede ser tan infiel el hombre como la mujer. El hombre ante una minifalda y la mujer ante un hombre sensible. Puede resultar tan sexy para la mujer un hombre tierno como para nosotros Luciana Salazar. Pero el hombre es más infiel porque es más fácil de seducir. Si una mujer te hace tres cruces de pierna, si empiezas a sentir una involución hacia el simio, ¿o no?

Cuando una mujer es infiel es casi seguro que tiene un amante que dura dos años. Pero hay que separar la amistad como un valor. Los hombres somos mejores amigos que maridos. Uno con los amigos es leal. La mujer, en cambio, no suele ser una buena amiga de las mujeres. A menudo la mujer le da muy duro a la mujer. A veces ni señales de culpabilidad encontramos en el infiel. Hay personas que no sienten pesar, se hacen un lavado cerebral y le echan la culpa al otro. Y otros son psicopáticos, no les importa. Muchas mujeres cuando son infieles porque sienten desamor, no sienten culpa. El 80% de los divorcios son liderados por mujeres en el mundo. Aunque sólo el 10% consigue el amor en la infidelidad. El hombre no se quiere separar, aunque no la ama todavía la desea. En cambio cuando la mujer entra en desamor, no existes, te desprecia, su cuerpo te rechaza. Las mujeres son más crueles a la hora de terminar.

Tenemos que tener muy presente que toda infidelidad se base en mentiras. La mujer miente mejor porque tiene un costo social más alto. Ella es ramera o santa. Para la mujer el crimen debe ser perfecto, ella deja muy pocas pistas, los hombres dejamos muchas huellas, como si quisiéramos que nos descubrieran, como si así cotizáramos nuestras acciones.

Después que se descubre la infidelidad es más fácil perdonar para una mujer que para un hombre. La mujer vive con el paradigma de que el hombre lo puede hacer y ella no. Ella dice: es que son hombres, como si fuera una enfermedad. Se perdona más una aventura que una relación de amante, mientras que el hombre se ve más afectado en su autoestima, pierde hombría estúpidamente. La mujer siente el despecho, se siente poco querida, se deprime.